El silencio de la madrugada en la vereda Bodega de Betel, al suroriente de Ciénaga, Magdalena, se rompió con la llegada de helicópteros y el estruendo de explosiones. En cuestión de minutos, la Sierra Nevada se convirtió en un campo de batalla.
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Pero más allá de las cifras y el parte oficial, el operativo revivió en la comunidad el temor de quedar atrapada en el fuego cruzado.
Una madrugada de terror
El sonido de los disparos despertó a los habitantes de la zona. El enfrentamiento fue feroz, según se puede apreciar en videos aficionados. Los militares fueron atacados con medios de lanzamiento no convencionales, según informó el Ejército, y respondieron con fuego de artillería.
Un campesino de la vereda, que pidió mantener su identidad en reserva, narró los momentos de angustia:
Los combates se extendieron por varias horas, hasta que los militares lograron asegurar el área con apoyo de la Fuerza Aeroespacial Colombiana.
Al amanecer, el saldo quedó a la vista: dos cuerpos sin vida, tres fusiles incautados y un botín de guerra que incluía más de 2.100 cartuchos de munición, explosivos, equipos de comunicación y prendas militares de uso exclusivo.
En el operativo del Ejército fue decomisado abundante material de guerra. Foto:Ejército
El comandante de la Segunda Brigada, coronel Oscar Iván Ocampo Giraldo, explicó que una vez asegurado el terreno, la Policía Judicial ingresó para realizar las diligencias de rigor. Destacó que el operativo se dio en el marco de la misión constitucional de garantizar la seguridad en la región.
«Queremos informar que una de nuestras estructuras en la Zona Bananera fue atacada por el Ejército Nacional en la madrugada, con morteros y aviones bombardeando. Dejaron varios heridos. Sin embargo, seguimos esperando la instalación de la mesa de paz», señalaron.
El miedo en la comunidad
Los operativos militares en la Sierra Nevada no solo golpean a los grupos armados. También afectan a las comunidades indígenas y campesinas que habitan el territorio.
El defensor de derechos humanos Lerber Dimas advirtió sobre el impacto de estos combates en la población civil.
Este fue el material de guerra decomisado a Los Pachencas. Foto:Ejército
«La comunidad que habita en la zona se vuelve rehén de estos enfrentamientos. Hay que protegerla para que no se presenten pérdidas que lamentar en estas acciones militares», afirmó.
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Las familias de la vereda Bodega de Betel viven en zozobra. Temen represalias, desplazamientos forzados y la continuidad de la guerra en su territorio. Mientras el Ejército celebra el éxito del operativo y Los Pachenca prometen seguir en pie de lucha, los habitantes de la Sierra son los que, una vez más, quedan atrapados en medio del conflicto.

Lo que viene para la economía mundial. Foto:
Roger Urieles para EL TIEMPO Santa Marta. En X: @rogeruv