Mié. Abr 23rd, 2025
Tras un año de racionamiento de agua, la Alcaldía de Bogotá levantó la restricción. La medida empezó a aplicarse desde el 12 de abril a las 8 a. m. Al hacer el anuncio, el alcalde Carlos Fernando Galán agradeció a los ciudadanos e insistió en que hay que seguir ahorrando para que la ciudad no tenga que regresar a la restricción.
“Si bien superamos la crisis del agua, tenemos que cambiar el comportamiento definitivamente y garantizar que reducimos el consumo de agua”, dijo Galán luego de anunciar el fin de los cortes en el servicio.
Esto fue lo que llevó a que desde el 11 de abril del año pasado Bogotá tuviera que enfrentarse al racionamiento. Para ello, la zona urbana fue dividida en 10 distritos hidráulicos, nueve de los cuales quedaron con un esquema de ciclos diarios. Así fue como tras 34 ciclos, incluyendo el cambio a 18 días en julio y agosto, y una suspensión el fin de año, la capital y 12 municipios tuvieron racionamiento.

Superada la tercera crisis

Esta es la tercera crisis de agua de la que se tiene reporte que ha vivido Bogotá. La primera fue en 1984, como consecuencia de una sequía, y se realizaron bombardeos de las nubes para poner fin a la escasez.
Alcalde Carlos Fernando Galán anuncia el fin del racionamiento de agua en Bogotá

Alcalde Carlos Fernando Galán anunció este viernes el fin del racionamiento de agua en Bogotá Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO

Ahora, el 2024 quedará en la historia una tercera crisis. La ocasionó la reducción de las lluvias, como consecuencia del fenómeno de El Niño en 2023 y la no llegada de La Niña en 2024.
Esto, por supuesto, afectó a todos los embalses que abastecen a la ciudad y a los municipios, y generó un prolongado racionamiento en el suministro de agua potable.
No obstante, los dos primeros son los más importantes. De cada uno de ellos, el Acueducto capta el 48 por ciento del consumo.
Antes de la emergencia, la ciudad obtenía el 70 por ciento de Chingaza y para superar la crisis debió aumentar la captación del río Bogotá -donde se descargan las aguas del Agregado Norte-, hasta equilibrar las dos captaciones, a fin de quitarle presión al sistema Chingaza.
En la toma de la decisión de levantar el racionamiento tuvo mucho que ver el cambio de actitud de los bogotanos en el consumo, aunque hubo personas que no fueron afectadas, como es el caso de quienes viven en conjuntos residenciales.
Junto con los cortes en el servicio, el menor consumo permitió que se llegara ahorrar más de 46 millones de m³ de agua. Antes, el consumo era de alrededor de 17,67 m³/s y durante la restricción bajó a 16,24 m³/s, en promedio; es decir, casi 1,5 m³/s.
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Embalse de Chuza rio Chuaza

Recorrido por el embalse de Chuza, en el páramo de Chingaza Foto:SERGIO ACERO YATE

También ayudó que los embalses de Chingaza, en particular Chuza, se estabilizaran en 40 por ciento de la capacidad y que la hidrología en la zona está volviendo a la normalidad.
Hay que señalar, igualmente, que la autorización de la CAR al Acueducto para captar 1,56 m³/s de agua adicionales le quita presión a Chingaza. No obstante, hasta ahora la empresa no ha utilizado esa opción porque presentó un recurso contra la resolución de la corporación ambiental.
El Acueducto esperaba que el aumento no fuera solo para los meses de mayores precipitaciones (abril, mayo, julio, agosto y noviembre), sino también para los secos (septiembre y diciembre de 2025 y enero, febrero y marzo de 2026).

Qué proponen los expertos

Este diario consultó a varios expertos y académicos que han investigado sobre el recurso hídrico y el consumo y, si bien consideran que definitivamente se debe trabajar en el aprovechamiento de las aguas lluvias, subterráneas y las residuales (hoy sólo tratadas en la Ptar Salitre), dividen opiniones frente exigirles a los ciudadanos mantener el ahorro o reducir aun más el consumo y la necesidad de construir embalses. Esta ha sido la posición del Acueducto con La Playa (Chingaza II) y de la CAR con uno más en la cuenca alta del río Bogotá.
agua

Embalse San Rafael, en el municipio de La Calera. Foto:SERGIO ACERO YATE / EL TIEMPO

Andrea Devis Morales, oceanógrafa y profesora de la Universidad del Rosario, dice que lo que está pasando con Chingaza en el último lustro lleva a reflexionar acerca de que el recurso del agua se está agotando y que para no volver a tener una nueva crisis se deben mantener las medidas de cuidado y de reducción de consumos.
“No quiere decir que ahora, como se levanta la medida, vamos a desperdiciar agua, dichas de 10 minutos. Continuemos como venimos. Esto lo vamos a tener que seguir haciendo en adelante. Debemos tener una cultura de cuidado y responsabilidad con el agua”, asegura Devis Morales.
Piensa que si la hidroclimatología colombiana está cambiando, no tiene sentido hacer más embalses, porque no habría cómo llenarlos. En cambio, dice que hay que empezar por optimizar lo que se tiene y diseñar sistemas para aprovechar las aguas lluvias y conducirlas hasta plantas de tratamiento, para utilizarlas en usos diferentes al consumo humano.
Leonardo Donado, coordinador del Laboratorio de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional, cree que si bien se necesita “conciencia ambiental” sobre el reúso del agua gris en casa (de lavadora y de la ducha, por ejemplo) y la utilización de aguas lluvias, señala que el Acueducto “debe garantizar el servicio a sus usuarios” y usar estrategias de regulación para que quien consuma más, pague más, pero que el mensaje no puede ser que la culpa de que no haya agua es de las personas. “Es culpa de las decisiones, de que no se respetaron los planes maestros y de inversión para satisfacer la demanda”.
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Planta Tibitoc

El Acueducto de Bogotá aumentó la captación y el tratamiento a 8 m3/s en la planta Tibitoc. Foto:Mauricio Moreno. EL TIEMPO

Piensa que es necesario un embalse regulador en Chingaza (como el proyecto de La Playa), con el fin de almacenar agua en épocas de lluvia, para usarla cuando se necesite.
Por su parte, Andrés Torres, director del Instituto Javeriano del Agua, dice que si bien falta educación sobre el ahorro de agua y cómo utilizarla de manera racional, no comparte que “el ciudadano sea el único responsable de arreglar el problema, cuando está pagando impuestos con los que se pueden construir embalses”.
Cree que, además, desde el Distrito y el Acueducto se pueden plantear “subvenciones” para que los conjuntos residenciales adquieran, por ejemplo, lavadoras ahorradoras y ofrezcan ese servicio a sus comunidades. “No le cuesta mucho al ciudadano y sí se ahorra mucha agua. Esa puede ser una línea de negocio ”, explica.
Torres va más allá y dice que el Acueducto debería dar un giro en la mirada hacia el agua y dejar de ser la empresa que simplemente cobra por ella, sino que debería adoptar un modelo de “gestión integral”, en donde no se tienen separados los procesos por áreas temáticas. “Uno debería pagar no por cuánta agua consume, sino por la eficiencia en la gestión del agua, tanto potable como de drenaje y cómo, por ejemplo, evitar las inundaciones”.
En la misma línea, Andrés Chavarro, docente de gestión ambiental del Politécnico Grancolombiano, señala que es necesario trabajar en una política de optimización y eficiencia en el consumo doméstico, a través del reemplazo de dispositivos en las viviendas, como llaves, grifos, duchas y lavadoras”.
También plantea que se deben crear mecanismos para que la gente pueda financiar el cambio de electrodomésticos por unos más ahorradores y que la EAAB “podría subsidiar una parte”.
“Un proceso de transformación no pasa de un año para otro, pero se logran ahorros hasta del 21 por ciento en el consumo de agua, y eso es bajarle la presión de manera permanente al sistema de abastecimiento”, afirma Chavarro.
Racionamiento de agua

El ahorro de agua en el año de racionamiento Foto:EL TIEMPO

Además de todo lo anterior, la Empresa de Acueducto de Bogotá viene adelantando la optimización de las plantas Wiesner (Chingaza) y Tibitoc (Agregado Norte), así como el proyecto río Blanco, que conducirá aguas de fuentes superficiales en el páramo de Chingaza hasta el embalse San Rafael.
Pero, además, solicitó a la CAR licencia para darles un uso a las aguas tratadas de la Ptar Salitre (se pueden utilizar entre 2 y 3 m³/s) y trabaja en contratar un estudio, con la ayuda de la banca multilateral, para determinar la viabilidad de alternativas como las aguas subterráneas.
Al lado de esto, la Secretaría Distrital de Hábitat proyecta que los subsidios de vivienda de interés social que entregará en el cuatrienio, alrededor de 75.000, sean para proyectos que contemplen el aprovechamiento de las aguas lluvias.
La CAR, por su parte, trabaja en la recuperación de la cuenca alta del río Bogotá y junto con la Gobernación de Cundinamarca buscan ampliar la capacidad del embalse de Neusa y realizan estudios para utilizar las aguas subterráneas en el abastecimiento de 10 municipios de la Sabana.
GUILLERMO REINOSO RODRÍGUEZ
Editor de Bogotá
En X: @guirei24
Entrevista con la gerente del Acueducto de Bogotá

Entrevista con la gerente del Acueducto de Bogotá Foto:

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