Jue. Abr 24th, 2025
Apenas amanecía en el campo base norte del pico Colón cuando Daniel Henao, Cristian Alarcón y José Mostajo iniciaron su travesía. Su llamado ‘sueño utópico’ era completar la integral de los picos Colón, Bolívar y Santander.
Para los alpinistas, una integral consiste en alcanzar las cimas más altas de una misma montaña o cordillera dentro de un mismo itinerario de escalada. En este caso, se trata de la Sierra Nevada de Santa Marta, conocida como el ‘corazón del mundo’ o, en el lenguaje de los indígenas kogui que la habitan, ‘Gonawindúa’.
Antes de que Ruiz y Von Rothkirch lograran los tres picos, en los años 60 montañistas destacados de la época, como Hubert Frank y otros alemanes lo habían intentado sin éxito.

La aventura

Henao, Mostajo y Alarcón se aventuraron a intentarlo sabiendo que la Sierra es única y hostil. Su propósito era realizar esta trilogía en honor a Juan Pablo Ruiz, fallecido en noviembre de 2023. Ruiz dejó un gran legado para los alpinistas colombianos, uno de ellos el programa ‘Glaciares y Volcanes de Colombia’, un ascenso a las 64 cimas más altas del país.
Algo curioso del alpinismo es que los escaladores comúnmente van acompañados de un equipo logístico, en esta ocasión los acompañaron Daniel Machado, escalador ibaguereño, quien coordinaba a Abel y Luis, indígenas arahuacos. Llevar ayuda extra resulta importante debido a la cantidad de alimentos y objetos de primera necesidad que deben portar para sobrevivir al clima extremo, los imprevistos y el cubrimiento de sus necesidades básicas.
Los picos Bolívar y Colón han sido escalados en varias ocasiones. De hecho, 15 días antes de la ‘expedición al corazón del mundo’, el colombiano Ricardo Rubio, y un grupo de escaladores norteamericanos logró la cima del Bolívar. 
Por otra lado, el pico Santander no había registrado ascensos en 37 años, desde la expedición de Ruiz y Von Rothkirch. Para los tres escaladores que completaron la trilogía samaria, este es otro de los grandes logros de su expedición.
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La temperatura en las cimas de la Sierra descienden hasta los 6 grados centígrados. Foto:José Mostajo

Las dificultades

Con el pasar de los días sus cuerpos se iban debilitando y hacer escaladas expuestas, donde las posibilidades de asegurarse eran mínimas, hicieron de la expedición fuera un reto. 
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La travesía incluía escaldas por paredes rocosas donde había poca posibilidad de asegurarse. Foto:José Mostajo

“Dentro de todo, yo creo que lo más importante es el de entender el valor del equipo y trabajar todos con prueba de eso, porque es una expedición que requiere no solamente habilidades técnicas y físicas, sino también colaborativas”, explica Henao.
En la expedición, José Mostajo no solo fue escalador, sino también el encargado de documentar todo el recorrido. Ya había desempeñado esta labor en ascensos al Everest. Para mantener los equipos fotográficos cargados, llevaron paneles solares, lo que sumó peso al equipaje. Su objetivo es realizar un documental con el material recopilado y compartir la travesía con el público.
Por su parte, Cristian Alarcón cerró su bitácora del viaje con: “Nuestro equipo de seis personas arribó sano y salvo a Valledupar, aunque con secuelas del esfuerzo: pérdida de peso, heridas y lesiones. Sin embargo, llevamos en la memoria recuerdos imborrables y el corazón la profunda felicidad de haber completado esta expedición al corazón del mundo».
ÁNGELA PÁEZ RODRÍGUEZ – ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO.

Por CHMATOS