Desde que asumió la presidencia de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) en 2021, Mohammed Ben Sulayem ha liderado un exitoso cambio estratégico, pasando de pérdidas significativas a ganancias notables. En tan solo tres años, la FIA logró superar un preocupante déficit de 24 millones de euros, alcanzando un superávit de 4,7 millones gracias a un riguroso plan de austeridad financiera.
Ben Sulayem confirmó recientemente desde Mónaco su intención de buscar la reelección en diciembre próximo, argumentando que necesita más tiempo para completar la transformación integral de la organización. Aunque reconoció haber enfrentado conflictos, especialmente con Liberty Media por temas económicos, destacó la importancia de asegurar una distribución más justa y equitativa de los ingresos generados por la Fórmula 1, que pertenece a la FIA.
«Quiero una FIA fortalecida y más justa con sus miembros», subrayó, reafirmando su compromiso de consolidar el futuro financiero y organizacional de la federación. Además, manifestó total apertura ante eventuales candidaturas rivales, calificando esta competencia como saludable y parte esencial de la democracia institucional.
El balance positivo de la FIA bajo el liderazgo de Ben Sulayem no solo refleja un acierto administrativo, sino también un claro mensaje de estabilidad y crecimiento dirigido a todos sus miembros y colaboradores internacionales.