Jue. Abr 10th, 2025
Se ha vuelto frecuente no dedicarle el tiempo necesario a las actividades básicas del ser humano. Debido al auge de las pantallas y las redes sociales, el ritmo de vida en el que algunas personas se encuentran hace que olviden la importancia de una actividad que nos ha acompañado desde nuestros orígenes como sociedad; el comer.
Comida

Estudios muestran las consecuencias de este hábito. Foto:iStock

Comer rápido hará que suba de peso

Eso significa que, comer rápido hará que se sienta menos satisfecho con lo que come y que, por lo tanto, la sensación de satisfacción dure menos, haciendo que sea más fácil engordar.

Tendrá problemas digestivos

Los órganos responsables de la digestión tienen un proceso en el cual absorben todos los nutrientes de la comida y procesan las vitaminas que no se pueden absorber. 
Esta planta ayuda a su sistema digestivo

Comer rápido daña podría dañar su sistema digestivo Foto:Istock

Probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares

Si se mantiene este hábito, los niveles de triglicéridos y colesterol en sangre aumentarán. Esta acción hará que su estómago no pueda procesar correctamente las grasas de los alimentos y lo convertirá en un insumo para que los triglicéridos y el colesterol se eleven y viajen con mayor velocidad por todo el torrente sanguíneo.
Estas acciones elevan las posibilidades de tener una enfermedad cardiovascular en un futuro. Además, el estrés y la ansiedad que se generan en el cuerpo al tener este hábito para comer hacen más factible la liberación de cortisol en el cuerpo. 
El cortisol es la hormona que maneja el estrés, cuando se libera en cantidades altas, puede causar una alteración en el funcionamiento del sistema nervioso y una tensión en las arterias que se puede convertir en el inicio de una enfermedad cardiovascular.

Riesgo de desarrollar diabetes

Esta grasa abdominal que se desarrolla hace que el cuerpo sea más resistente a la insulina, lo que implica que las células del cuerpo no reciben la misma información por parte de la hormona que produce la insulina en nuestro sistema. 
Para poder compensar esto, el cuerpo trata de enviar más insulina. Cuando lo hace, los niveles de azúcar en la sangre empiezan a elevarse y se desarrolla un riesgo latente de tener diabetes en un largo plazo si no se hacen cambios radicales el ritmo de alimentación y en la cantidad de comida chatarra que se come.

Relación ansiosa con la comida

Este hábito también puede denotar señales de depresión y ansiedad. Se crea una conexión viciosa hacia la mala alimentación, lo que exacerba problemas en el estado de ánimo y contribuye a una alimentación desordenada que resulta en una mala salud mental. 
También se inhiben las capacidades de reconocer las señales de hambre y saciedad, lo que hace que no disfrutemos conscientemente de la comida y perdamos el placer cotidiano que contribuye a esa manera de bienestar emocional.
RICARDO CASTAÑEDA 
REDACCIÓN ÚLTIMAS NOTICIAS

Por CHMATOS