En El Banco, Magdalena, conocido por muchos como el viejo puerto, los días recientes estuvieron marcados por una mezcla de ilusión y desilusión.
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Las manos alzadas de los banqueños saludararán en vano a los pasajeros, mientras el sueño de ver a su pueblo convertido en un nuevo atractivo turístico se desvanece en la estela que deje el barco rumbo a Magangué.
Sus pobladores quedaron con la ilusión de ver llegar la embarcación a su municipio. Foto:Alcaldía de El Banco
“Era nuestra oportunidad de mostrarle al mundo nuestra cultura, nuestras artesanías, nuestra gastronomía”, comenta con tristeza Luz Zambrano, representante de la empresa Gema Tours en El Banco.
Desde hace más de año y medio venía trabajando junto a cientos de personas —artesanos, músicos, bailarines, transportadores y cocineros— en la preparación de la localidad para recibir a los turistas de alto poder adquisitivo. Todo estaba listo, pero la oportunidad está a punto de esfumarse.
¿Por qué no atracará el crucero?
La noticia cayó como un balde de agua fría entre los habitantes del municipio. Además del golpe emocional, se suma el impacto económico para una población que depende, en gran medida, del comercio informal y de las escasas fuentes de ingreso que ofrece el territorio.
Carolina María Olarte, encargada de la oficina turística en la Gobernación del Magdalena, aseguró a EL TIEMPO que aún hay esperanzas.
“Tenemos hasta el 12 de abril para solucionar los inconvenientes técnicos y evolucionar el muelle flotante con las características que se requieren. Estamos articulados con la alcaldía municipal y haremos todo lo posible junto al operador turístico para encontrar soluciones”, explicó.
Piden mayor gestión al alcalde
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Luz Zambrano no duda en hacer un llamado: “El señor alcalde debe apersonarse de esta situación, como lo está haciendo el gobernador de Bolívar con Mompox. No podemos permitir que se nos pase esta oportunidad histórica”.
Y es que la comparación duele. En Mompox, Bolívar, la llegada del crucero fue una fiesta. Sus habitantes recibieron con orgullo y nostalgia a los viajeros.
El arribo del crucero a Mompox le dio un ambiente festivo a la población. Foto:Prensa Gobernación de Bolívar
La ciudad vibró y el turismo vivió un nuevo aire. En cambio, en El Banco, la escena será distinta: un pueblo que mira desde lejos, que aplaude a la distancia, que sigue esperando.
Lo paradójico es que El Banco había hecho la tarea. El gobierno municipal anterior invirtió en el entorno del muelle fluvial, se ejecutó junto al Sena un inventario gastronómico y Cormagdalena gestionó el dragado del Brazo de Mompox.
Fontur, en alianza con la Fundación Pintuco, embelleció las calles cercanas con murales, como parte del programa Destinos con Color. Todo parecía indicar que El Banco estaba listo para recibir al AmaMagdalena.
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Los momposinos recibieron con alegría este acontecimiento histórico para la región. Foto:Prensa Gobernación de Bolívar
Pero la ilusión sigue anclada a la orilla. Hoy, los banqueños piden ser escuchados. No quieren que los esfuerzos institucionales, ni los sueños de cientos de familias, se pierdan en la corriente del río.
“Que el barco vuelva, pero esta vez para quedarse aunque sea un rato”, dice un pescador que, junto a su hijo, vio pasar el crucero desde su canoa cuando pasaba muy cerca por Mompox. El AmaMagdalena sigue su curso, pero El Banco aún espera atracar su esperanza.
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Roger Urieles
Para EL TIEMPO Santa Marta
En X: @rogeruv