Vie. Abr 25th, 2025
El danés Christian Frimodt-Møller se enamoró de los paisajes de Colombia hace más de una década, cuando llegó al país con el sueño de crear una empresa de servicios turísticos con un amigo colombiano.
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Sector de Potosí, zona de amortiguación del Parque Nevados. Foto:Fernando Umaña MejÍa/EL TIEMPO

‘Es una entidad sin ánimo de lucro’

Actividades como la ganadería extensiva son una de las grandes amenazas para las zonas de amortiguación de los parques nacionales naturales del país y su rica biodiversidad. El lugar que sedujo a Christian no era la excepción porque el bosque de niebla prácticamente fue destruido hace unos 80 años para meter vacas. La tala de los árboles alteró el hábitat de varias especies animales que hoy están en riesgo crítico de extinción.
Hace 80 años destruyeron el bosque. Se pueden ver los troncos de los árboles que talaron.

Christian Frimodt-MøllerProject Manager Wild Campo Alegre
El danés comenzó a tocar puertas en su país y en Colombia. Acá contó con el apoyo de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder), que le otorgó los permisos para construir la infraestructura de su proyecto, y en Dinamarca consiguió el respaldo de Wild Nature Foundation. Con el apoyo de esas instituciones, hace dos años, la finca ganadera se convirtió en la reserva natural Wild Campo Alegre.
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La reserva natural tiene el objetivo de conservación. Foto:Cortesía Wild Campo Alegre

El nombre de Campo Alegre proviene del río principal que baña estas tierras y que nace en el Nevado de Santa Isabel, a 4.600 metros de altura.
Christian hace énfasis en que el objetivo de Wild Campo Alegre es la conservación ambiental y restaurar el bosque de niebla. La reserva tiene 731 hectáreas, en las cuales se protege la biodiversidad, en especial, especies en peligro de extinción como la danta de páramo —uno de los mamíferos emblemáticos de la Cordillera de los Andes— y el lorito de fuertes, ave endémica de esta zona.

Christian ha retirado cerca de 30 kilómetros de alambre de púas, lo cual permite el tránsito libre de los animales. En las 30 cámaras trampa que hay en la reserva se registra la actividad, sobre todo, de pumas y dantas que ya pueden cruzar las carreteras sin barreras. La aparición del oso andino es más esporádica porque su hábitat está ubicado en un piso térmico más alto.
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El lorito de fuertes está en riesgo crítico de extinción. Foto:Cortesía Wild Campo Alegre

En el objetivo de conservar y restaurar el bosque de niebla en esta zona ya se han sembrado cerca de 250 mil plántulas con el apoyo de la Carder.
La protección de los recursos hídricos también es una de las misiones de Wild Campo Alegre. En ese sentido cuidan los ríos y las quebradas, en los cuales está prohibida la pesca.
Una situación que sí se debe controlar son los perros ferales. Se han registrado ataques de caninos salvajes a dantas, que han debido ser trasladadas a Pereira para ser atendidas.
Conservar las dantas es clave porque actualmente están siendo atacadas por el gusano barrenador del ganado, que ya ha causado la muerte de ocho individuos identificados. «Para un mamífero tan grande como la danta, perder ocho o más individuos es bastante preocupante y se debe enfrentar esta emergencia», afirmó Carlos Galvis, jefe de poblaciones del Zoológico de Cali.

Centro de investigaciones

La casa de Wild Campo Alegre es un lugar agradable, que cuenta con conectividad, habitaciones cómodas y agua caliente. Es un espacio ideal para recibir a científicos, pero Christian tiene la idea de que estudiantes y profesores de universidades locales, nacionales y extranjeras también pueden llegar a la reserva a hacer investigación. De hecho, ya está haciendo contactos con una universidad de Dinamarca con ese propósito.
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Casa de Wild Campo Alegre. Foto:Fernando Umaña MejÍa/EL TIEMPO

«Imagínate a un estudiante colombiano y uno danés haciendo acá una investigación conjunta, sería una maravilla», afirmó Christian.
La idea de que Wild Campo Alegre sea en un futuro un centro de investigación conlleva la necesidad de ampliar las instalaciones, construir una casa más; ese es el proyecto.
Christian considera que unos diez años la restauración del bosque de niebla que rodea a Wild Campo Alegre habrá avanzado significativamente. Para esto está buscando fondos para comprar más tierras. «La idea es dejarlo (el bosque) como era antes», sentenció el europeo.
Así como los árboles que ha sembrado en la reserva, Christian también echó raíces en Risaralda. A sus 56 años vive con una colombiana, quien además de ser su esposa, es un gran apoyo en sus proyectos.
Fernando Umaña Mejía
REDACCIÓN ÚLTIMAS NOTICIAS
feruma@eltiempo.com

Por CHMATOS