Lun. Abr 14th, 2025
Freddy Rincón no se ha ido. Vive en el recuerdo de su historia, de su gol eterno a Alemania en el Mundial de Italia 90, de ese grito infinito con la Selección Colombia en uno de sus goles más memorables, de su risa enorme que sigue intacta, de su mirada que no se apaga, de su trote que no se cansa.
Han pasado 3 años desde su muerte y Freddy Rincón sigue ahí, gritándonos ese gol desde una foto para que lo recordemos por siempre.

Se conmemoran tres años del fallecimiento de Freddy Rincón y Colombia no lo olvida

A Freddy Rincón hay que recordarlo así, gritando goles que coreaba todo el país, o el América de Cali, o Santa Fe, o el Corinthians, o el Palmeiras, o todos los otros equipos donde jugó, con su juego imponente, esa mezcla de coraje y calidad, un mástil con el balón, un obelisco que en sus saltos tocaba el cielo antes de que tuviera que tocarlo, una torre inquebrantable, un reguero de sudor, puro músculo, pura fibra, puro corazón. Rincón se fue y el vacío quedó, porque no nació otro como él.


A Freddy también hay que recordarlo fuera de la cancha, bailando y cantando una salsa, “siempre seré…” de Tito Rojas, que era una de sus favoritas, y hay que recordarlo contando una de sus 1.000 anécdotas de la Selección y sus historias de la vida, y soltando una carcajada, tomando una cerveza en la tienda de la esquina o un fino vino en un lujoso restaurante, así, rodeado de amigos y de admiradores, auténtico, sin máscaras.
Ese era Freddy, ese sigue siendo en el recuerdo para todos los que lo querían, que eran muchos, porque como dijo un día su hijo Sebastián: “Ni mi papá se dio cuenta de lo grande que fue”.
Sebastián lo ha recordado como un hombre sencillo, cariñoso, familiar. Pero, ante todo, Freddy era y es el ídolo de multitudes.



Pablo Romero
Redactor de EL TIEMPO
@PabloRomeroET

Por CHMATOS