Dom. Abr 13th, 2025
Tiene 35 años. Es administrador de empresas, profesor de liderazgo, decano de innovación del Cesa. Uno de los líderes del futuro escogido por la revista Forbes. Hace unos años recibió el prestigioso Premio Princesa de Girona, por su trabajo excepcional ayudando a emprendedores a acceder a nuevas oportunidades y fue seleccionado como uno de los líderes emergentes en educación de Wise, de la Fundación Qatar. Es orgullosamente pereirano y su filosofía de vida inspira. Lanzó libro hace poco y su obra rápidamente llegó a ser una de las diez más vendidas del país.
¿Cuál es su chiste? ¿Qué ha logrado en la vida, además de cosechar reconocimientos? Esta es la historia de un emprendedor social que no está del todo cómodo con las etiquetas y menos todavía con la forma en que funciona el mundo. Por eso, hace todo lo posible por cambiarlo.

Hablemos de esos primeros pasos en tu ciudad natal, ¿cuándo se activa el liderazgo que hoy vemos en ti? ¿Cuándo y cómo dirías que despegaste?

José, yo creo que a uno le toca hacer cosas en la vida por circunstancias. Yo tengo una familia que fue cafetera muchos años. Tuvo una bancarrota y a mí me empezó a generar como la pregunta de qué nos pasó. Me voy a vivir a los Estados Unidos y, estando allá, pasa una cosa y es que a una pariente mía la asesinan las Farc. Viendo esa noticia yo me pregunté: “¿De dónde es mi cédula?” y eso me hizo tomar la decisión de regresar al país y hacer mi carrera aquí y mi vida acá, obsesionado con otra pregunta: ¿qué tenemos que hacer en el país para quedarnos y crecer?
Juan David, en ese sentido, ¿cuál dirías que fue tu primer experimento y acercamiento con el emprendimiento?
Hubo un momento en el que había una emprendedora que estaba buscando reducir la violencia en Bogotá en un barrio. Y yo decía: “sí, esto es muy chévere a través de una organización social, pero ¿qué pasa si ayudamos a reinventar un modelo de negocio?”. Con Haidy Duque llegamos a una idea muy sencilla y era, ¿qué pasa si logramos entrenar a las mujeres que viven en este barrio como maestras de obra? Y, ¿qué pasa si, además de volverse maestras de obra, las volvemos vendedoras comerciales de productos de la industria de arquitectura, de cemento. Eso se volvió un proyecto muy grande para Haidy Duque, porque logró hacer más de 16.000 mejoramientos de vivienda donde fueron las mismas mujeres las que se volvieron maestras de obra y también vendían por catálogo. Ese acercamiento a esa realidad me cambió la vida.
En el 2008 yo creo una incubadora que se dedicó a apoyar emprendedores con empresas más grandes y a lograr que con educación y con ciertas habilidades de emprendimiento pudieran crecer. Lo mío ha sido educación y emprendimiento

¿Qué significa ser un emprendedor social? La gente te define a ti de esa manera…

Yo he sido un profesor y un emprendedor, punto. Así me considero, pero cuando estamos hablando de los emprendedores sociales, creo que tenemos un objetivo y es llenar un espacio. Es ese lugar que el Estado no ha logrado resolver, a ese lugar que la empresa tradicional no ha logrado resolver, llega un emprendedor social.
Hablar de triunfos es relativamente fácil, hablar de fracasos, de derrotas, de adversidades, es mucho más complicado. ¿Cuál dirías que ha sido el momento más difícil en tu vida?
¿Y qué aprendiste de eso?
Cuando uno aprende de los fracasos, eso se vuelve el doctorado de la vida. Emocionalmente creo que es una ruptura en un sueño al que yo le metí muchos años, mucha energía, también mucho capital financiero mío y de gente que creyó en el proyecto, pero haces bien preguntando eso porque entre más conversemos del fracaso y de las cosas que no salen como queremos, nos genera a nosotros también muchos aprendizajes. Shakira en sus conciertos dice que nadie está exento de las caídas y que estamos invitados a pararnos otra vez; a volverlo a intentar. Y creo que cuando uno se cae y fracasa le permite a uno revisar muy bien qué pudo haber hecho mejor, cómo lo puede lograr.
En pocas palabras, ¿cuál dirías tú que es la gracia de Juan David Aristizábal? ¿Qué es lo más importante que sientes que has hecho en tu vida hasta hoy?
Wow, José, creo que yo lo diría como en tres cosas: una, la personal, y es que cada vez vivo mucho más auténtico. Yo tenía mucho susto de contarle a la gente que yo era gay, por ejemplo. Veo para atrás y veo en este momento la vida y ya tengo una relación de 12 años consolidada y soy muy feliz. Ver ese cambio mío en aceptarme, en quererme, en ser mucho más auténtico, es parte de ese camino. Desde el lado profesional, te diría que cada vez entender que uno puede mover al mundo sin fuerza y con sutileza. He desarrollado una metodología, una forma de apoyar, de crear empresas y organizaciones donde no sea a la brava, sino movilizando sin fuerza. Y la tercera, es el impacto internacional. Tengo la capacidad de ayudarle a la gente y acompañar a estas compañías en esa globalización porque cuando nos globalizamos, internacionalizamos carreras y productos, lo que nos sucede es que hay más posibilidades de crecer.
Comenzaba reseñando algunos de los reconocimientos que has recibido en tu vida. De todos ellos, ¿cuál te llena de más orgullo?
Creo que son como dos momentos. Yo creo que cuando llegan todos estos reconocimientos internacionales, el Premio del Rey de España y eso, no son buscados, lo cual es muy satisfactorio porque es alguien de afuera que lo está viendo. Pero la semana pasada me encontré con un estudiante que yo no veía hace 10 años y me dijo, “oiga, yo nunca lo había buscado, pero le quiero mostrar esta empresa que hice. Es una empresa de ciberseguridad espectacular”. Y me decía, “usted no sabe esa hora que usted tuvo conmigo hace 10 años dándome unas ideas, presentándome gente, lo que me sirvió” y, José, claramente yo creo que esa es la mayor satisfacción, el mejor premio.
¿Cómo ves a la juventud colombiana hoy?, y te pido que no seas políticamente correcto en tu respuesta…
Ja, ja. Uy yo creo que con una sensación de que los engañaron. A muchos de ellos les prometieron un cambio, una propuesta de una Colombia potencia mundial de la vida y nada de eso llegó. Yo diría que necesitamos que ojalá se leyeran el último libro de Ante todo, hacer algo, porque sí están muy frustrados, pero necesitamos que pasen a la acción. Yo arranco mis clases preguntándoles, ¿cuántos de ustedes conocen a alguien que se quiere ir del país? El 90 por ciento levanta la mano. Luego pregunto: ¿cuántos de ustedes se quieren ir? Baja al 70 por ciento. Y yo creo que ahí es muy retador, una juventud que quiere irse del país, pues es un fracaso nuestro como nación, por no hacer que vivan en un país en el que se quieran quedar.
Hablas de tu último libro –porque sé que no es el único– Ante todo, hacer algo. ¿Cómo nace ese proyecto, Juan?
Mira, el coautor del libro se llama Andrés Acevedo. Es un abogado que se ha dedicado los últimos 5 años a resolver distintas preguntas y tiene un pódcast reconocido. Una de las cosas que nos sorprendió con Andrés es que hay como una sensación de que tenemos que esperarnos al 2026 para que pase algo en el país; como de que el 7 de agosto algo va a pasar. Entonces, el libro es un ensayo alrededor de un concepto que se usa mucho en economía y psicología que se llama “la agencia”, que es esa capacidad que yo tengo de modificar mi futuro y mi entorno. Y el ensayo es cómo salimos del pantano en que estamos en este momento en el país y que no nos quedemos esperando a que llegue Batman o la Mujer Maravilla en agosto del 2026, sino que nos preguntemos: ¿qué podemos hacer ahorita para recobrar ese sentido de agencia y salir de este pantano en el que nos tienen petrificados y nosotros pasar a volvernos creadores y parte activa de ese futuro? Por eso creo que les ha gustado tanto el libro a las personas.
Cuando pasen dos décadas más, ¿crees que la gente va a decir que Juan David Aristizábal sí hizo algo por cambiar el mundo?
Pues José, la verdad es que me importa más es yo qué voy a decir de mí. Yo quisiera mirarme al espejo y decir: el legado mío, yo creo, que se va a ver en el tipo de empresas, emprendedores, en lo que yo hago en educación, creo que yo espero poderlo ver y también en dos décadas sentirme orgulloso de la persona en que me convertí.
La última, y también te pido que te despojes de cualquier intento de ser políticamente correcto, ¿hay futuro en este país? ¿Puede creerse, más allá de un discurso motivacional, que Colombia tiene un buen futuro?
Sin duda, y no es políticamente correcto, pero si uno lee las entrevistas tuyas de ‘los 40’, si uno ve la apuesta en tecnología que están haciendo las 10 empresas de tecnología más grandes, si uno ve los planes que se tienen para usar el agua, yo sin duda creo que hay futuro. Yo tengo muchas preocupaciones frente a la situación actual política del país, por el Presidente y por su partido, que ha logrado meter a Colombia en una narrativa antiempresa, anticrecimiento y que nos mantiene con emociones tristes como decía el filósofo Espinoza. Pero creo que si tenemos el sentido de ‘agencia’, hacemos la tarea, recuperamos la participación colectiva y ciudadana en cosas, sin duda yo creo que tenemos futuro. Hay que recuperar el la ‘agencia’ de todos.

Por CHMATOS