Desde el Resguardo La María, en Piendamó, Cauca, un territorio histórico de resistencia indígena, se convocó, hace unos días, una nueva minga que partió hacia la capital y arribó el pasado martes primero de abril.
Unos 3.000 indígenas de las comunidades Ingas, Cofanes, Quillacingas, Pastos, Awa, Misak y Nasas, entre otros, provenientes de los departamentos de Cauca y Nariño, se movilizaron hacia Bogotá con un mensaje contundente: separarse de organizaciones como el CRIC y ONIC.
Manifestaciones indígenas en el centro de la ciudad. Foto:Sergio Acero Yate / El Tiempo.
EL TIEMPO habló con uno de los líderes, quien prefirió cuidar su identidad, y explicó que esta situación no es nueva. Detalló que, aunque la Constitución de 1991 reconoce la autonomía, costumbres, tradiciones, lengua e identidad de los pueblos indígenas, las comunidades aseguran que estos derechos existen solo en el papel y, desde entonces, no se han llevado a las acciones.
Y agregó que: “La falta de acciones administrativas, judiciales y legales eficaces por parte del Estado ha dejado nuestras reivindicaciones en el olvido”.
Además, comentó que, para ellos, las políticas estatales realmente no garantizan su protección ni los derechos básicos. Los indígenas argumentan que su exclusión de procesos políticos y sociales ha perpetuado un ciclo de marginación. «Los gobiernos tradicionales, liberales o progresistas no nos han brindado respuestas satisfactorias a nuestras demandas históricas», agregó.
“Fuimos nosotros quienes organizamos nuestras estructuras antes de la invasión. No somos pueblos sometidos, sino quienes han resistido y preservado nuestra identidad a pesar del esclavismo, el exterminio y la explotación histórica”, manifestaron a través de un comunicado.
Manifestaciones indígenas en el centro de la ciudad. Foto:Sergio Acero Yate / El Tiempo.
Según declaraciones de líderes indígenas, estos acuerdos datan desde hace tres años y, hasta la fecha, no se han materializado en acciones concretas.
En entrevista para este medio, Jhon Almendro, gobernador encargado del resguardo indígena La María, expresó su descontento al señalar que, en reuniones recientes con el Ministerio del Interior, no se evidenció una voluntad real de diálogo por parte del Gobierno. Almendro cuestionó: «Nos dijeron que la mesa de conversación se levantó, pero ¿en qué momento se conversó?»
Sin embargo, las condiciones en las que se encuentran son precarias. La falta de acceso a servicios básicos como agua potable y saneamiento ha generado preocupación tanto entre los manifestantes como en las autoridades locales. A pesar de estas adversidades, las comunidades indígenas han manifestado su determinación de permanecer en la plaza hasta ser atendidos directamente por el presidente Petro.
Impacto en la movilidad y respuesta de las autoridades
La presencia de la minga en el centro de Bogotá ha tenido repercusiones significativas en la movilidad de la ciudad. Bloqueos intermitentes y concentraciones en vías principales han generado congestiones y desvíos en el tráfico. El Distrito ha implementado un monitoreo constante de la situación y ha recomendado a los ciudadanos utilizar rutas alternas y estar atentos a las actualizaciones sobre el estado del tránsito.
Manifestaciones indígenas en el centro de la ciudad. Foto:Sergio Acero Yate / El Tiempo.
Por su parte, el Ministerio del Interior suspendió temporalmente los diálogos con los representantes indígenas tras los bloqueos y daños al transporte público registrados en la mañana de hoy. No obstante, desde el ministerio se ha indicado que se continuará buscando escenarios de diálogo para resolver los conflictos y atender las demandas de las comunidades.
Así mismo, esta entidad también informó que desde el Gobierno están trabajando en coordinación con las comunidades indígenas para garantizar su atención integral y organizar la logística de su permanencia en la capital, tareas que se suspendieron tras los hechos de violencia de este jueves.
Sin embargo, indicó que la Alcaldía Mayor de Bogotá es la responsable de garantizar un lugar adecuado para su estadía, lo que, al igual que en el caso de las protestas de las comunidades emberás, provocó un nuevo enfrentamiento entre la Administración distrital y el Gobierno nacional.
Frente a esto, Gustavo Quintero Ardila, secretario de Gobierno de la capital, señaló que el Distrito dispuso del parque El Renacimiento para su ubicación temporal. “Seguimos a la espera de los avances por parte del MinInterior o Presidencia. Nos preocupa que se han presentado accidentes y tensiones que materializan el riesgo para estas personas”, indicó el funcionario este jueves.
Manifestaciones indígenas en el centro de la ciudad. Foto:Sergio Acero Yate / El Tiempo.
Por otro lado, un aspecto que ha generado tensiones adicionales es la percepción de las comunidades indígenas de que el Gobierno intenta dividirlos. Líderes han expresado que se sienten fragmentados por las acciones gubernamentales y han enfatizado la necesidad de un diálogo unificado que atienda las problemáticas comunes de los pueblos indígenas.
Entre las demandas específicas se encuentra la certificación de censos poblacionales, lo cual es esencial para acceder a servicios de educación y otros beneficios estatales. José Manuel Castillo, representante de una de las comunidades, destacó la importancia de este reconocimiento para garantizar derechos básicos a su población.
En horas de la tarde, Edwin Rivera, uno de los líderes de la minga, asistió a la plenaria del Senado y ofreció disculpas por los actos vandálicos que sucedieron en horas de la mañana y le solicitó a la Nación encontrar el espacio para una nueva mesa de diálogo.
«Los indígenas no nos encapuchamos, no nos tapamos la cara, por eso estamos acá ofreciendo disculpas públicas a todos los bogotanos y a la alcaldía por los daños de esta mañana. Nosotros solo queremos que el Gobierno nos escuche y lleguemos a un acuerdo», centenció.
Manifestaciones indígenas en el centro de la ciudad. Foto:Sergio Acero Yate / El Tiempo.
Llamados al diálogo
La situación en la Plaza de Bolívar refleja la complejidad de las relaciones entre el Estado y las comunidades indígenas en Colombia. La historia ha mostrado que las mingas son expresiones legítimas de resistencia y búsqueda de reconocimiento por parte de los pueblos originarios.
En este contexto, diversos sectores de la sociedad civil y organismos de derechos humanos han instado al Gobierno a retomar el diálogo de manera efectiva y con garantías para las comunidades.
Laura Valeria López Guzmán
En X: @Lauravaleriolo
Redacción Bogotá
EL TIEMPO
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