“No pensábamos que fuera a funcionar tan bien”, dice Andrés Mogollón mientras señala las canecas donde cae el agua lluvia en el conjunto residencial San Cristóbal 1, en el suroriente de Bogotá. En menos de media hora, un aguacero llenó los tres tanques de 2.000 litros instalados en el parqueadero. Lo que antes se perdía en el alcantarillado ahora sostiene el riego de jardines y la limpieza de zonas comunes.
En medio del racionamiento de agua que vive la capital y ante la necesidad de reducir el uso de agua potable, esta comunidad residencial implementó este sistema de captación de lluvia para uso interno. De la misma forma lo hizo en el último año otra comunidad en el centro de la ciudad.
Ambas comunidades le han apostado a aprovechar cada gota de lluvia. Con instalaciones que canalizan el agua de las cubiertas hacia tanques, se están reduciendo los gastos en agua potable y se mejora la gestión en épocas de racionamiento. El sistema, sencillo en su diseño, pero contundente en resultados, ha permitido a los vecinos enfrentar los desafíos impuestos por el clima cambiante.
Costos bajos y ahorro de miles de litros
En San Cristóbal, el administrador Andrés Mogollón explica que el proyecto se concibió como una respuesta directa a la necesidad de ejecutar el mantenimiento de las fachadas sin depender exclusivamente del agua potable. “Nos dijeron que éramos unos derrochadores, pero lo que hicimos fue redirigir la lluvia a través de ducterías hacia tanques instalados en el parqueadero”, cuenta.
(TAMBIÉN: Operativo contra vehículos robados deja un capturado y siete locales cerrados en Bogotá)
Diego Restrepo, del conjunto residencial del centro, detalla que el sistema se estrenó a finales de diciembre del 2024 y ha sido clave durante los racionamientos. “En unos aguaceros intensos logramos captar casi 6.000 litros en tres horas; en otras ocasiones, tras lluvias más prolongadas, alcanzamos hasta 12.000 litros en un mes”, dice Restrepo.
En ambos casos, el sistema no solo ha beneficiado el riego de jardines y áreas comunes, sino que también se utiliza para la limpieza de fachadas y tareas de mantenimiento durante cortes de agua.
El sistema del centro se basa en la conexión de las bajantes de agua lluvia a ducterías que llevan el agua a tanques de almacenamiento. Un pequeño tanque desarenador ubicado en la parte exterior del conjunto permite filtrar hojas y otros residuos antes de que el agua llegue a los tanques. Después, una motobomba eléctrica distribuye el agua para usos específicos.
Según Diego Restrepo, “la inversión inicial fue de poco más de 15 millones de pesos, financiada con una cuota extraordinaria de la administración, que se tradujo en un aporte mensual de aproximadamente 100 a 120 mil pesos por apartamento.”
La rentabilidad del sistema es notable en la reducción del consumo de agua potable. En San Cristóbal, Andrés Mogollón indica que se ha logrado disminuir el gasto en el recibo de agua en torno al 50 por ciento al usar el agua recolectada para riego y limpieza. Además, la iniciativa permite que, en días de sequía, se aproveche el agua almacenada para mantener los jardines y áreas verdes sin recurrir a la red de acueducto.
La limpieza de las zonas y el riego de jardines se realiza con el agua ahorrada Foto:Colaboración Andrés Mogollón
No todo es perfecto
Si bien los resultados son positivos, los líderes reconocen algunos retos. En el conjunto del centro, Restrepo señala que el manejo del agua recolectada es aún manual en muchos aspectos. “Estamos evaluando cómo facilitar el traslado del agua hasta los pisos superiores, ya que en ocasiones es necesario subir baldes de agua para jalar los inodoros durante cortes prolongados”, explica.
Además, dice que mantener la calidad del agua se ha convertido en un desafío. “Aplicamos cloro para evitar la contaminación, pero es fundamental calibrar la dosificación, especialmente cuando el agua se almacena durante varios días”, afirma Restrepo.
Mogollón recuerda que la oposición inicial de algunos vecinos se transformó en aceptación y, posteriormente, en reconocimiento. “Al principio, muchos pensaban que estábamos despilfarrando agua, tanto que salimos en televisión bajo titulares como ‘conjuntos derrochadores de agua en época de racionamiento’. Pero cuando las autoridades revisaron el sistema, se dieron cuenta de qué era y nos otorgaron un premio por el manejo responsable del recurso”, comenta.
Andrés Mogollón ha sido reconocido en el sector y desde la Alcaldía por su iniciativa Foto:Colaboración Andrés Mogollón
Una respuesta ante la crisis en la capital
La experiencia en estos conjuntos no solo evidencia un ahorro en costos, sino que también representa una respuesta organizada y comunitaria ante la crisis hídrica. Las medidas adoptadas por los residentes y administradores han permitido que el agua de lluvia, que en otra circunstancia se perdería en el sistema de alcantarillado, se convierta en un recurso valioso para el mantenimiento de la infraestructura y el embellecimiento de los espacios comunes.
Sistema de recolección de agua lluvia en funcionamiento! 🌧️🌧️🌧️
Terminamos su construcción a inicios de diciembre en mi conjunto residencial en Bogotá.
El corto aguacero de hoy llenó 3 tanques con capacidad de 2000 litros cada uno.
Abro hilo 🧵 pic.twitter.com/cV30GNT4jl— Diego Restrepo (@diegorestrep) December 26, 2024
«>
(ADEMÁS: Ya hay noticia criminal por el caso de tres menores y un adulto intoxicados en Bogotá: esto es lo que se sabe)
En la localidad de San Cristóbal, el proyecto se ha convertido en un ejemplo a seguir. El alcalde local Juan Carlos Triana ha reconocido públicamente la iniciativa, destacando el compromiso con la conservación del agua y el uso eficiente de los recursos. La convocatoria abierta a otros conjuntos residenciales para adoptar prácticas similares refuerza el mensaje de que soluciones simples y de bajo costo pueden tener un impacto real en la vida diaria de los ciudadanos.
Aunque la frecuencia de las precipitaciones en Bogotá es variable –con días de sol intenso seguidos por aguaceros esporádicos–, el sistema demuestra que, con una correcta planificación, es posible capturar y almacenar suficiente agua para enfrentar períodos secos prolongados.
El éxito de estas iniciativas radica en la capacidad de transformar la percepción del agua de lluvia: de un recurso efímero y de difícil aprovechamiento, a una solución tangible que responde a necesidades puntuales en el mantenimiento y la operatividad de las comunidades. La claridad de los datos presentados –desde los litros captados en un aguacero hasta la reducción en los gastos mensuales– subraya la importante de estar iniciativas para adoptar prácticas sostenibles en el manejo del agua.
TAMBIÉN PUEDE VER:

En el juicio en contra del expresidente Álvaro Uribe. Foto:
DANNA VALERIA FIGUEROA RUEDA
ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO