Mar. Abr 29th, 2025
Mark Carney, el brillante economista que el lunes ganó las elecciones generales de Canadá, ha lidiado con retos como la crisis financiera de 2008 o el Brexit en el Reino Unido, pero ahora se enfrenta a su desafío más trascendental: plantar cara a Donald Trump y garantizar el futuro de Canadá.
Su victoria este lunes en las elecciones legislativas canadienses, cocinada en apenas cinco meses, ha sido un logro que pasará a los libros de historia.
Tras conocerse los resultados, el recién electo ‘premier’ afirmó que Canadá no debe «olvidar nunca las lecciones» de la «traición» estadounidense.

«Ganaremos esta guerra comercial», declaró Carney a una multitud entusiasta en Ottawa, donde advirtió de los días «desafiantes» por delante por los aranceles y las amenazas de anexión de Trump. «Ya superamos el shock de la traición estadounidense, pero nunca debemos olvidar las lecciones», agregó.
Las encuestas daban por seguro que el líder del opositor Partido Conservador, Pierre Poilievre, se convertiría en el próximo jefe del Gobierno de Canadá.
Mark Carney

Mark Carney, primer ministro de Canadá y Donald Trump, presidente de Estados Undios Foto:Archivo EL TIEMPO / Agencias

Pese a esos vaticinios, Carney presentó su candidatura para liderar el Partido Liberal y reemplazar a Trudeau. El exgobernador del Banco de Canadá (2008-2013) y del Banco de Inglaterra (2013-2020) ganó, se convirtió de forma automática en primer ministro de Canadá sin haber sido nunca diputado y convocó elecciones anticipadas.

Las amenazas que enfrenta Canadá

En pocas semanas, y gracias a las amenazas de Trump de anexionarse Canadá y sus agresivas políticas arancelarias, Carney sobrepasó a Poilievre, que llevaba casi tres años preparándose para derrotar a los liberales, y convirtió una derrota casi segura en la cuarta victoria electoral consecutiva del Partido Liberal.
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«Humildad es también reconocer que una de las responsabilidades de gobierno es preparar para lo peor, no esperar lo mejor. Como he estado advirtiendo desde hace meses, Estados Unidos quiere nuestra tierra, nuestros recursos, nuestra agua, nuestro país. No son amenazas vacías. El presidente Trump está intentando rompernos para que EE.UU. nos posea», dijo.
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Análisis de los aranceles de Trump. Foto:

Trump, el primer gran reto de Carney

Su primer reto es sentarse ahora con Trump y negociar «entre dos naciones soberanas» la nueva relación económica y en materia de seguridad que los dos países tendrán en el futuro.
El 27 de marzo, tras semanas de ataques de Trump, Carney dio un golpe sobre la mesa: «La vieja relación que teníamos con Estados Unidos (…) se ha acabado. No está claro qué será lo siguiente que haga EE.UU., pero lo que está claro es que los canadienses podemos controlar nuestro destino», sentenció Carney.
Humildad es también reconocer que una de las responsabilidades de gobierno es preparar para lo peor, no esperar lo mejor

Palabras que granjearon a Carney el respeto casi inmediato de muchos de sus conciudadanos que con una angustia existencial nunca experimentada en generaciones, buscaban un líder capaz de navegar el caos de la segunda llegada de Trump.
Getty Images via AFP

Carney dio un discurso tras la victoria del Partido Liberal. Foto:Getty Images via AFP

Una muestra es el escritor y académico Stephen Henighan que resumió el sentir de muchos en una columna en el periódico The Globe and Mail y en la que afirmó que Carney «ha mostrado confianza en la existencia de Canadá».
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«Ha tranquilizado a los canadienses asegurando que sobreviviremos a los impulsos depredadores de Donald Trump… Muchos canadienses se han sorprendido de que un banquero moderado pudiera articular posturas nacionalistas con una autoconfianza tan discreta», explicó el profesor de Estudios Españoles e Hispánicos en la Universidad de Guelph.
Trump es el más importante pero no el único reto al que se enfrenta este economista, un católico practicante -aunque no le gusta alardear de ello- de 60 años, casado y con cuatro hijos.

El descontento canadiense, un mal no menor

Carney tiene también que dar respuesta al profundo descontento de la población canadiense con muchas de las políticas de su antecesor y que han provocado un fuerte aumento del coste de la vida que amenaza la prosperidad de muchas familias, una vivienda inasequible para millones y una inmigración astronómica.
Le toca además respaldar con hechos la imagen de unificador que se ha ganado en las últimas semanas y detener las tendencias centrífugas de Alberta, en el oeste, y Quebec, en el este, y que pueden amenazar el concepto mismo de Canadá.
Como he estado advirtiendo desde hace meses, Estados Unidos quiere nuestra tierra, nuestros recursos, nuestra agua, nuestro país. No son amenazas vacías. 

Todo esto sin tiempo para aprender a ser un político. Pero Carney asegura que está listo.
«Sé cómo gestionar una crisis y estoy listo para liderar», declaró este mismo lunes palabras que complementa su esposa, la también economista Diana Fox Carney: «Creo que afrontar retos es una de las características que definen a Mark. Su actitud serena y tranquila bajo presión lo hace especialmente adecuado para este momento».

Carney asume el mando con minorías en el Parlamento

Cuando Carney pronunció su discurso, casi cinco horas después de que cerraron los colegios en las provincias de Ontario y Quebec -donde se decide siempre el resultado por la acumulación de población y de escaños-, las proyecciones daban al Partido Liberal 167 escaños -la mayoría absoluta está en 172-, frente a 145 de los conservadores.
Aunque la ventaja fue durante toda la noche para los liberales y el opositor Partido Conservador obtuvo un resultado mejor a lo previsto por los sondeos, el Partido Liberal se quedó de forma provisional a solo cinco escaños de la mayoría absoluta.
El número final depende de varias circunscripciones.
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Mark Carney

Mark Carney llega al cargo con minorías en el Parlamento. Foto:EFE

Aguanta relativamente el soberanista Bloque Quebequés (BQ), a quien las proyecciones dan 23 escaños, 10 menos que los que tenía en la anterior legislatura, pero se salva apenas de la debacle que algunos sondeos le anticipaban.
El presidente Trump está intentando rompernos para que EE.UU. nos posea

Mucho peor le ha ido al socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD) que de los 25 escaños que tenía puede pasar a solo siete, habiendo perdido sobre todo sus feudos en Vancouver, donde era más fuerte.
Con unos resultados así, ningún partido tiene verdaderos motivos para festejar: los liberales, porque no lograrán la victoria que los sondeos les prometían casi sin excepción; los conservadores, porque no pudieron evitar la cuarta victoria consecutiva de los liberales; y los partidos minoritarios, porque en ambos casos pierden apoyos.

Los liberales, de confirmarse las extrapolaciones, mejorarán el resultado de las últimas elecciones (de 160 a 167 escaños), mientras que los conservadores subirían mucho de sus previos 119 escaños, sin por ello llegar al poder y romper un ciclo de 10 años de gobiernos liberales.
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Los comentaristas ya están hablando de la victoria de Carney como «un regalo envenenado», pues ese Gobierno que se antoja en minoría no parece el más adecuado para negociar con el presidente estadounidense, Donald Trump, en un momento en que este último ataca a Canadá casi a diario, ya sea con los aranceles o con su alusión a que debe desaparecer como país.

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